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La S.D. Tenisca venció a la U.D. Lanzarote en un partido pasado por agua

La S.D. Tenisca venció a la U.D. Lanzarote en un partido pasado por agua
La S.D. Tenisca venció a la U.D. Lanzarote en un partido pasado por agua

LA CRÓNICA: FÚTBOL PRÁCTICO Y VICTORIA EN EL BARRO (1-0)

La S.D. Tenisca acabó con la U.D. Lanzarote en un encuentro donde el agua, constante y copiosa y el césped natural, teletransportaron a los aficionados (210 valientes) en tiempo y en espacio a un partido de los años ochenta o noventa en el norte peninsular.

Habría que remontarse mucho en el tiempo para recordar un partido como el de hoy en el Virgen de Las Nieves. La intensidad de la lluvia y, sobre todo, la duración de la misma, convirtieron al césped natural en un terreno embarrado con múltiples trampas a cada paso. El Tenisca, más acostumbrado a la superficie que el Lanzarote aunque también es cierto que habituado a una alfombra, se adaptó al choque mejor que su rival.

No era partido para florituras ni moderneces y el Tenisca lo entendió con un fútbol práctico y rudo, cosa que no tardó tampoco en emplear el Lanzarote ante la clamorosa imposibilidad de dar tres pases seguidos. El encuentro se libró en pequeñas mini-batallas en cada porción del verde. Cada acción requería de la máxima intensidad de los futbolistas y no tardaron en producirse los atascos en el centro del campo amen de resbalones, errores, pases cortos, atrasados y un sin fin de anécdotas propias de otra época. El que mejor empleara el 'otro fútbol' era el que iba a ganar el encuentro.

El primer y único tiro a puerta de toda la primera parte fue para dentro. Un centro raso lógicamente envenenado tras una acción a balón parado era rematado en semi fallo por Jordan y posteriormente empujado por Carlos Saavedra hacia la red. La afición, ubicada hasta los topes en la zona de la cantina, palcos de prensa y el pasillo inferior al mismo, estalló. Era un gol importante. Casi decisivo.

En una de esas múltiples acciones en la disputa del balón resultó expulsado Miguel Gómez tras agredir a Kilian Benítez en el 40'.

Con uno menos el conjunto rival, el Tenisca apostó por mantener el músculo en la parte defensiva con la tríada Jordan-Ahmed-Cárdenes. Una auténtica fortaleza para un Lanzarote que intentaba en vano balones largos y esperar el error tenisquista. Sin prácticamente ningún tiro a puerta en el segundo período, sólo se anuló un gol a Mahy en el 60' y, a partir de ahí, el partido siguió su curso de luchas y balones aéreos sin mayores aproximaciones.

Al final, 3 puntos de oro para el tenisquismo.

Imágenes: Mesanhe

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