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La tecnología no sustituye a un padre o madre en la educación de los niños

La tecnología no sustituye a un padre o madre en la educación de los niños
La tecnología no sustituye a un padre o madre en la educación de los niños

Pese a ser informático y tener que convivir con la tecnología diariamente, siempre desaconsejo su uso excesivo, sobre todo con menores.

Los nuevos dispositivos tienen muchas ventajas, que no vienen nada mal como refuerzos PUNTUALES y ESPORÁDICOS, de la formación de un niño, pero igual que hemos despotricado contra la "Caja tonta", la televisión, ahora es el turno evolutivo de sus sucesores, smartphones, tablets, etc.

Está demostrado por especialistas, que el uso de estos dispositivos en menores puede provocar trastornos en la conducta y desarrollo intelectual del menor. Recomiendo el documental "Adictos a las Pantallas" (+Ver documental) emitido por la 2, hace un tiempo, en el que enfatizaban los grandes problemas que las nuevas tecnologías, sin el control necesario, provocan en los menores.

Por otro lado, hay que hablar de los daños físicos, que nos afectan también a nosotros, pero que en los menores, aún son más peligrosos. Por un lado la LUZ AZUL, ese fantasma que tanto se nombra pero que pocos entienden y menos hacen un poco de caso, esos brillos a tope y 0 filtros de luz azul instalados o en gafas, que recuerdo vienen sin graduación también. El exceso de exposición a la luz azul genera daños en los ojos del niño, no voy a entrar en los detalles médicos, pero sí enfatizar este punto ya que ni es broma ni es una tontería.

Otro gran problema de los nuevos dispositivos es algo que, por pereza y comodidad estamos normalizando en nuestra vida y es un soberano error, ya que no estamos físicamente preparados para ello, hablo de la radiación, tanto la tecnología que usan los móviles para conectarse, sea la 3G, 4G o ahora en breve la 5G, como la tan famosa y familiar WIFI, son radiaciones que se emiten al aire y que nuestros cuerpos no están hechos para soportar, por lo menos a largo plazo. En el caso de los niños, sus tiernos cuerpos no desarrollados son expuestos a estas nocivas radiaciones desde la temprana edad y puede derivar a la larga en daños físicos o enfermedades crónicas, y no sólo hablo del cáncer, sino otras patologías también de cierta relevancia pero menos conocidas.

Un hijo, por suerte o desgracia, requieren mucha atención por parte de sus progenitores o tutores, los niños y niñas buscan constantemente la atención de sus padres y esta situación puede ser estresante a la larga, por lo que el comodín de darle el móvil o la tablet, es muy común ya que permite un paréntesis, el menor se calla, se centra en el dispositivo y por lo general, se está quieto. Un milagro, pero como toda solución milagrosa, no suele ser la más apropiada. Por ello, siempre recomiendo a la hora de plantearse tener hijos, de si estamos dispuestos a perder nuestra intimidad y tranquilidad, y entregarnos en cuerpo y alma a la hermosa pero importante labor de criarlos y educarlos, quizá, no todos estamos preparados para ello. Ahora si nos lanzamos a esta grandiosa aventura, hay que entender que no son nuestros hijos, no son de nuestra propiedad, sino nosotros somos sus padres, es decir, son nuestra responsabilidad, no podemos darle esa importante misión a un aparatito, que no fueron creados para eso y que jamás podrán sustituir la educación que da una madre o un padre. Esto no es nuevo, llevamos décadas con este problema, desde que apareció la televisión, muchos padres aprovechaban entonces el efecto hipnótico del aparato para poder hacer cosas en casa, o disfrutar de un rato de relax, hoy pasa lo mismo con los nuevos dispositivos, pero el mayor problema es que hoy los llevamos en el bolsillo y se pueden usar de forma continua en cualquier momento y lugar, lo que puede causar que tiremos de esta mágica solución, más de lo que deberíamos.

Tener un hijo es de las cosas más grandes que te pasarán en la vida, te marcará para siempre y habrá un antes y un después, piensa que ellos son personas, que tienes la obligación de preparar lo mejor posible para su vida, como hicieron contigo, por ello, lo mejor que le puedes dar no es el smatphone más caro, o la tablet más potente, sino tu tiempo, tu compañía, tus consejos, tus ilusiones, en definitiva, tu eres lo mejor que le puedes dar, el regalo más grande y ,el que en el fondo, nuestros hijos buscan. No te pierdas su infancia escondiéndolos detrás de una pantalla.

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