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DESAFÍO GR130 - “SUPER héroe NEP”, venciendo los fantasmas de la desigualdad


Los fantasmas aparecen cuando nace un chico con discapacidad. Sin embargo, los lazos de afecto generan un “no te cambio por nadie” y creas una nueva mirada para vencer las barreras y ser capaces de todo.

NEP crece, se va convirtiendo en ese “superhéroe sin capa”, pero no de ciencia ficción, sino de presencia real. Su desafío GR130 ha logrado su cuarto año, su cuarta estrella. El sufrimiento de los corredores ha llevado a hacerles tomar consciencia de que esa adversidad de realizar el GR, es la adversidad que diariamente también tienen los Niños Especiales para con sus familias llenar de vida el despertar.

Somos los humanos una especie en la que se ha desarrollado, de forma inagotable, la capacidad de representarnos la realidad, de inventar y reinventar sin fin, de imaginar y crear, de imaginarnos el universo y crear un universo de universos. Obviamos en nuestro egoísmo la realidad de la calle, el de la lucha de los que con dificultad afronta sus días; un niño con necesidades es especial simplemente a nuestros ojos, en muchos casos no es consciente de sus limitaciones, se siente uno más. Por tanto, usemos el mismo cristalino del ojo para que sean de los nuestros. No les compliquemos sus ya limitadas necesidades.

El Desafío ha abierto a muchos los corazones, ha guiado en los deportistas, amigos y espectadores los sentimientos de comprensión. A diario las familias de niños especiales suben y bajan mayores desniveles que las del propio sendero. Se enfrentan a verticales para poder educar y rehabilitar, sin avituallamientos pero con mucho apoyo, con mucha ayuda por parte del colectivo humano de NEP, porque “sólos no pueden, y con su ayuda lo consiguen”.

La madrugada cae, todo comienza y los primeros pasos en la plaza de España de los Llanos arrancan con color, entusiasmo, algunos nervios y expresivas sonrisas. El despertar del día les espera rumbo Tijarafe y Puntagorda. Era sólo cuestión de comenzar a trotar y para ello no hay más que ver las caras de entusiasmo. Aplausos, el brillo del amanecer en el horizonte, la complicidad del Teide en el infinito también quiere ser partícipe del reto. No está faltando de nada, primeras bicicletas se suman en los tramos que lo permiten. Algún grito de “vamos”.


Encuentro de amigos que se emocionan por el gran sábado que nos espera. La “jartada bizcochones que no falte”, hasta los hay modo hámster al comer; lo almacenan en los mofletes.

Con las horas la emotividad va en aumento. En Santo Domingo de Garafía, en el olor de un agradecido café. Tengo el honor de conocer a una de esas familias,- omito su nombre. El desahogo en forma de palabras nubla mis ojos, seca mi boca y comprendes el motivo de muchas cosas. Su relato: “Tener un hijo con Down no estaba dentro de mis planes; ni de mis no planes. Era algo que no me podía pasar. Esas cosas les pasaba a otros. No entendía bien por qué, pero quería llorar.

Lloré; seguí llorando. En el hospital la imagen debió ser patética: una mujer en camisón, despeinada, los ojos rojos e hinchados y la permanente mirada de desconcierto.

No entendía, estaba aturdida y aterrada. Durante el día me calmaba, iba al baño y me maquillaba el rostro y un poco el alma también. Me dibujaba una sonrisa. La vida seguía, aunque yo no entendiera bien cómo, pero seguía. Tenía la mirada de mi otro hijo clavada en mí ¿Qué vas a hacer ahora, mamá? ¿Qué hacemos todos con esto? La respuesta era fácil: seguir viviendo. Esa era la única certeza. Aunque no supiera bien cómo, el qué estaba claro. Había que seguir, si bien algo parecía haberse quebrado.


Son sólo miedos, este chico va a ser como los otros. Y cierto, ya nada fue como antes. Pero al revés de lo que pensaba, el mundo no se transformó en un lugar oscuro y gris ni nuestra casa en una cuna de tragedias. Lo extraordinario fue que la nuestra siguió siendo una familia tan común y corriente como casi todas las que conozco. ¿O acaso, de cerca, no es verdad que todos tenemos, en algún momento un “esto no puedo”?

Será lo que él quiera ser, como siempre fuimos aprendiendo todos juntos. Con la ayuda de NEP (Niños Especiales de La Palma), tiene la risa más alegre y contagiosa que yo he escuchado en mi vida y, aunque presenta un retraso en el habla, muestra un talento envidiable para comunicar la alegría y el amor más profundo”.

Sobran las palabras, hasta podrá sobrar que siga escribiendo. No sé si yo quien escribe, tiene derecho ahora de poder mostrar mis lágrimas, en lo más hondo me clavó el sentido NEP y el objetivo tan social que con el DESAFIO se trata transmitir.

Pero el reto gr continuaba, como la propia vida continúa. Se suman nuevos valientes, el grupo bastante numeroso. Cogemos rumbo el Tablado para poder almorzar y reponer con garantías, “echar la llamada a la piba para como los berberechos sacar pecho y decirle llevo diez horas y estoy como una rosa y tal”. Parece estar oyéndolos. Alguno hasta contiene el jadeo para no dar muestras de la pechada dejada detrás. Desde mi lado observador en esta edición; he visto corredores con esfuerzos titánicos, pateadores voluntariosos e increíbles “escobas” sacrificados por NEP.


Los pronósticos van saliendo, los controles horarios se cumplen y nos adentramos en ese galáctico paraje del noreste de la isla con unos barrancos que ya el paraíso quisiera tener. Por Franceses la mirada se pierde en el mar, sus olas testigos del sacrificio. En el mirador del pescante de Gallegos asoman camisas pink del desafío. En el eco del barranco sus aplausos y afrontamos el propio barrio donde Marlenys aporta el calor de su negocio ofreciendo con emoción un avituallamiento cinco estrellas. Merece reconocimiento y merece agradecimientos. Como por igual es justo dárselo al bar de Marita en Jedey.

Los agotamientos empiezan a hacer mella, la noche está próxima. Pero un día como este no hay oscuridad. Una gran luna llena nos premia con su luz y sus hijos los frontales decoran los caminos aportando tras Barlovento iluminar el rumbo a Los Sauces, Puntallana, Santa Cruz de La Palma, Breñas, Mazo, Fuencaliente, El Paso y Los Llanos.

Ha habido de todo entorno a una gran familia. La directiva NEP, técnicos del desafío GR130, Club Bayana. Los diferentes clubs de la isla. Ayuntamientos. Familiares. Servicios médicos. Protección civil. Fisios. Rubén y su estimable Fuentebenamas y su grupo Cabra. Jose Barreto y grupo SPAR. Incombustible Niguel, D’J Iván Benítez, calderos Julio. Camioneta arriba y abajo Fran. Drago Azul, pero enciende la cámara que apagada no funciona.


Muchas y muchas cosas. Pero sólo una y muy grande. Que afrontar esto no es fácil. Parte desde la voluntariedad, robando horas a las familias, al trabajo. No podemos ser perfectos, esto nace desde la amistad. Sin medios técnicos sino los propios. No haya una crítica por favor, a veces desde el desconocimiento hay muchas. La insatisfacción genera dolor en todos los que de una u otra forma hemos aportado un granito en favor de estos niños.

Lo recaudado permitirá mejorar sus instalaciones, prolongar y dar vida a su piscina rehabilitadora, dotar de medios técnicos, afianzar recursos humanos, apoyar a las familias. Mantener la asociación. Mañana puedo ser yo quien los necesite para poder dar una cobertura a un posible hijo. Aquí nadie elige su destino. NEP debe perdurar.

El fin de semana ha sido grandioso. Experiencias. Aprendizajes. El DESAFÍO GR crece, se hace adulto. Lo importante “SUPER héroe NEP”. Profesionales al servicio de lo justo. Han convertido un fin de semana en olor a esperanza. La esperanza de que todos podamos convivir en un mundo más justo y más comprensivo.

NEP: “La vida es un tesoro, no hay diferencias. Lo especial es dejar que tus sueños sean libres como el viento en mitad del mar”.

Emilio j H.D.

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