Con cuatro ediciones a sus espaldas, el Colegio Sagrada Familia estará representado un año más en el Torneo Clasificatorio FLL, competición que reúne a jóvenes de diversos centros de todo el archipiélago.
Una fusión de dos grupos, de 3º y 4º de la ESO y de 2º, respectivamente, viajarán a Tenerife a mediados de enero bajo el nombre ‘Nazaret Los Llanos’.
El desafío FLL tiene como objetivo despertar el interés por la ciencia y la tecnología entre los jóvenes, y está compuesto de tres partes: Proyecto Científico, El Juego del Robot y Valores FLL.En el Proyecto Científicolos equipos deben usar su creatividad para diseñar una solución innovadora que resuelva un problema real relacionado con la temática propuesta, en este caso, los alumnos del centro han optado por una nueva forma de gestionar los residuos orgánicos de la Isla: ‘R3Compóstate’.
Con la colaboración de la Escuela de Capacitación Agraria y de la Concejalía de Servicios de Atención a la Ciudadanía del Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane, han ideado un sistema para la elaboración de compost orgánico con lombrices californianas que, según su entrenador y profesor de tecnología, José Francisco Martín, sería un buen complemento para municipios como El Paso, ya que “lo que se hace allí [en El Paso]es recogida selectiva de la materia orgánica para luego llevarla al Complejo Ambiental Los Morenos”, sin embargo, en su caso son ellos mismos quienes fabrican el compost, por lo que “no haría falta llevarlo a Los Morenos”. “Queremos que el recipiente marrón sea una realidad en todos los municipios de la Isla”, comenta el docente.
El proyecto supone una notable aportación a la Isla, pues se plantea como alternativa a la recogida convencional de residuos orgánicos. Ya está en marcha una propuesta piloto con los alumnos de la Escuela de Capacitación Agraria, quienes recogerán hasta una tonelada de residuos para comprobar la efectividad de este sistema de compostaje.
Encarna Bárenes, directora del centro, señala que “lo importante es el espíritu First LEGO League”, puesto que en las competiciones oficiales “no se ve ningún tipo de competitividad (…) lo que se ve es ayuda mutua y admiración por los proyectos de los demás”. Del mismo modo, destaca el compromiso que tanto padres como alumnos han tenido en el proyecto, empleando una buena parte de su tiempo libre a la preparación de estos ‘desafíos FLL’.
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